viernes, 11 de julio de 2008

Un justo olvidado


En la noche del 23 al 24 de agosto del año 1572 se desató una matanza que pasó a la historia como Noche o la Matanza de San Bartolomé. Los hugonotes, protestantes franceses, atraídos a París por una boda real fueron asesinados en masa por la violenta facción católica lideradas por el duque de Guise, y la familia real.
El papa comisionó frescos en el Vaticano mostrando el genocidio, que eso fue; a Vasari, mejor biógrafo que pintor.
Queremos denotar en este blog los asesinatos de Claude Godimel, músico y Petrus Ramus, filósofo. También la espantosa semejanza de las guerras de religión francesas con la violencia de los años 60 y 70 en la Argentina, cuatrocientos años después con el mismo nivel de atrocidad y absurdidad.

Incluso el rey ordenó a los gobernadores de todas las provincias de Francia que asesinaran en masa a los hugonotes locales.
Según el historiador protestante de la época John Fox, sólo dos o tres gobernadores rehusaron obedecer las órdenes del rey. Uno de estos, llamado Montmorrin, gobernador de Auvernia, escribió al rey la siguiente carta que merece ser recordada como ejemplo
de objeción de conciencia.

»SEÑOR: He recibido una orden, con el sello de vuestra majestad,
de dar muerte a todos los protestantes en mi provincia.
Tengo demasiado respeto por vuestra majestad para no creer
que la carta sea un fraude; pero si la orden (Dios no lo quiera)
fuera genuina, tengo demasiado respeto por vuestra majestad
para obedeceria.»


Vaya nuestro recuerdo a un justo entre los justos.

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